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Enlazamé

martes, 28 de septiembre de 2010

Growing Love. Capítulo 1

(Personajes de Lisa Jane Smith)

    Elena se despertó abriendo sus ojos lentamente. Se incorporó un poco. Frunció el ceño. Estaba intentado recordar su sueño. Le había parecido que estaba soñando con alguien. Sonriendo pensó que seguramente estaba pensando en Stefan. Se levantó lentamente. Empezó a escucharse Apologize, por lo que el móvil de Elena acababa de recibir un mensaje. Lo cogió y lo miró. El mensaje era de Stefan. Decía que la esperaba en su casa a las diez y media. Ella miró su reloj. Eran las nueve y cuarto. Se tenía que dar mucha prisa para llegar justo a tiempo. Rápidamente fue a coger algo de ropa. No se fijó en lo que cogía. Después salió de su habitación rápidamente. Por el pasillo se chocó con Jeremy. Éste la cogió para que no se cayera. Después Elena le pidió disculpas y se metió en el baño. Se desnudó, se metió en la ducha y se relajó. Media hora después salió de la ducha. Se secó y se vistió. Miró la ropa que había cogido. Era un vestido cortito de color azul celeste y unos tacones a juego. Le gustaban a Stefan. Sonriendo salió del baño. Se cruzó con Jenna que iba de un lado a otro limpiando. Elena besó la mejilla de su tía y fue a la cocina. Allí la esperaba un café y unas tostadas preparadas por Jenna. Desayunó rápidamente. Subió de nuevo a su habitación y cogió su móvil y sus llaves. Cuando salió de la habitación se chocó de nuevo con Jeremy. Éste también se acababa de duchar y estaba muy sonriente. Elena sabía que había ayudado a escapar a Anna el día de los fundadores y que ella acababa de volver al pueblo. Elena bajó rápidamente las escaleras. Miró su reloj. Eran las 10. Rápidamente se montó en su nuevo coche. Un Turbo 911 de color negro. Regalo de Damon. Sonriendo lo puso en marcha. Condujo rápidamente hasta la casa de Stefan. Aparcó junto a ella. Damon estaba en el garaje de la casa. Estaba arreglando su Ferrari F430 de color negro. Elena bajó del coche sonriendo. Damon paró y le devolvió la sonrisa ampliamente

    - Hola Damon -dijo ella todavía sonriendo- Te daría un abrazo pero me llenarías de grasa
    - ¿Y a quién le importa que yo esté lleno de grasa para darme un abrazo? -dijo él riendo
    - Si ya -dijo ella riendo- Nadie se resiste al gran Damon Salvatore
    - Menos tú claro -dijo él aún riendo

    Ella seguía riéndose. Damon se acercó a ella y le llenó de grasa el brazo izquierdo mientras reía. Riendo ella entró en la casa mientras él le hacía "eye things". Riendo recorrió el salón y fue hacia la cocina. Allí cogió unas servilletas de papel y se limpió la grasa del brazo. Después tiró la servilleta al cubo de basura y fue hasta las escaleras. Las subió rápidamente. Cruzó un pasillo. Cuando llegó a la puerta de la habitación de Stefan escuchó un susurro. Elena pegó la oreja a la puerta. En ese momento estaba hablando Stefan.

    - Ahora mismo no puedo -decía- Sigo enamorado de ella. Oh vamos no pongas esa cara. Te quiero más a ti por supuesto. Tú eres mi único y gran amor, Katherine. Elena solamente era un pasatiempo. Imaginate como me pasé estos ciento cuarenta y cinco años. Necesitaba distraerme. Solo empecé a acercarme a ella por ti. Porque te quiero. Porque una simple humana no nos va a separar. Porque si tu dijeras que fuera a buscarla y la matara lo haría. Kat metete esto en la cabeza. ¡Te amo!, pero ahora debes irte. Ella va a llegar ahora. Tú eres la que necesitas que no sepa nada ¿no?
    - Sí, pero antes de irme necesito algo -dijo Katherine- Necesito otro beso
    - Ahora mismo te lo doy

    Elena sin poder contenerse abrió la puerta. Stefan y Katherine se estaban besando. Las lágrimas brotaban de sus ojos sin parar. Miró la estancia. Estaba llena de ropa. De ropa de Stefan y Katherine. En ese momento Stefan solo llevaba unos vaqueros y Katherine una camiseta blanca de manga caída y un short vaquero. Ella fue la primera en darse cuenta de lo que pasaba. Sonrió ampliamente mientras seguía besando a Stefan. Éste con los ojos cerrados no se había dado cuenta de nada. Elena cerró la puerta de un portazo y corrió hacia las escaleras. La bajó de tres en tres escalones. Entró en el salón. A su lado estaba Stefan. Elena se alejó de él, aunque el más rápido la cogió de un brazo. Elena empezó a sollozar.

    - Elena, lo siento -dijo Stefan- No quería hacerte daño. Te quiero Elena
    - ¡Mentira! -gritó Elena- ¡Todo lo que me dijiste son mentiras!

    Damon, desde el garaje, escuchó los gritos de Elena. Rápidamente, hasta para un vampiro, fue hasta la fuente de los gritos. Algo aturdido observó la escena. Su hermano intentaba disculparse por algo que había hecho mientras Elena le gritaba. Damon se fijó en que Stefan apretaba el brazo más de la cuenta. Se lo iba a partir si seguía así. Damon se lanzó contra su hermano. Éste no se dio cuenta de nada hasta que estaba tirado en el suelo inmovilizado por Damon. Elena, aún llorando, fue hasta la puerta del garaje. Damon soltó a Stefan y fue tras ella. Stefan fue más rápido que él y se lanzó sobre Elena. Damon horrorizado vio como su hermano mordía ferozmente el cuello de Elena. Damon gruñió y se lanzó de nuevo contra StefanDamon inmovilizó de nuevo a Stefan. Él intentaba quitarse a su hermano de encima. Algo imposible. Damon sabía que si hacia lo que estaba pensando se iba a arrepentir. Sin embargo lo hizó. Soltó a Stefan. Éste miraba horrorizado a su hermano. Un instante después había desaparecido. Damon corrió hacia Elena. Parece que se había equivocado. Elena había perdido más sangre de la cuenta. Desesperado, Damon mordió su brazo y se lo puso a Elena sobre su boca. Ella, sin saber lo que hacia, empezó a beber. Cuando Damon consideró que tenía suficiente sangre de él le apartó el brazo de la boca. Elena se quedó inmóvil. Damon, débil por la falta de sangre, se tiró en el suelo junto a Elena y la abrazó. La estrechó contra él. Si alguien iba a matarla tenía que ser por encima de su cadáver.

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