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Enlazamé

martes, 27 de julio de 2010

Collegio D'Amore. Capítulo 3



Capítulo 3


Descubierta



Jennifer se despertó abriendo los ojos lentamente. Bostezó y miro al otro lado de la cama. No había nadie. Su novio se había ido ya. Sonrió recordando la noche anterior. Se incorporó lentamente y miró su habitación. Las paredes estaban pintadas de color malva. El suelo era de madera. En la habitación había siete camas. Todas idénticas. También había siete mesitas de noche. A la derecha un escritorio, encima los ordenadores portátiles y los móviles de todas. A su lado un tocador. A la izquierda una gran ventana junto a un gran armario. Se levantó de la cama. Sus compañeras estaban habían dormido en otro sitio. O eso parecía. Seguramente habían dormido en tiendas de campaña pues la noche anterior hacía buen tiempo. Se estiró y fue hacia su mesita de noche. Cogió ropa interior. Después fue hasta el armario y cogió unos pantalones vaqueros cortos y una camiseta blanca de manga caída. Después se arrodilló y buscó bajo la cama sus tacones blancos. También cogió una toalla. Después salió de la habitación. Cerró la puerta cuidadosamente y fue a cruzar la esquina cuando vio que alguien salía de la habitación de Olly. Se escondió rápidamente en su habitación. Dejó una rendija para ver quién era aquella persona. Era Blad, el perrito faldero de Olly. Jennifer se fijó en que estaba sonriendo. Cuando Blad se alejó, ella salió de su escondite. Caminó lentamente por los pasillos para ir al baño mientras pensaba en Olly. Parecía que la noche anterior también se lo había pasado bien. Raro seguramente no se repetiría. Llegó al baño de las chicas. Entró. Era exactamente igual al de los chicos excepto por lo de los urinarios y que al fondo junto a los lavabos había varios secadores. El baño estaba vacío. Olly se desnudó y entro en una de las numerosas duchas. Cuando terminó de ducharse se secó con la toalla. Después cogió el secador que había junto a los lavabos y se secó el pelo. Después se vistió y llevo la ropa sucia a lavandería. Salió y fue a su habitación rápidamente. Cuando estuvo allí fue rápidamente hasta su armario. Lo abrió y cogió la plancha. La enchufó en el enchufe que estaba tras el escritorio y empezó a alisarse el pelo. Cuando terminó fue hasta el tocador y se maquilló. Después salió de su habitación. Había gente merodeando por los pasillos. La mayoría iba al comedor. Jennifer los siguió. Después fue hacia la cocina y empezó a ayudar. Mientras ella preparaba el desayuno, otros servían la comida. Entre ellos Blad. Jennifer contuvo la risa cuando lo vio acercarse, pero no puedo evitar tener una sonrisa burlona en el rostro. Jennifer miró la hora. Eran las nueve y media. Blad que seguía llevando bandejas y vasos hacia el comedor parecía algo cansado.

- Blad -le dijo Jennifer- si quieres ve a sentarte. No queda nada para llevar.
- Claro Jenny -le dijo él- Gracias

Jennifer se acercó a los otros cocineros y les dijo que ya habían acabado. Todos juntos salieron por la puerta que comunicaba con el comedor. Jennifer estaba a la cabeza. Algunos miraron el sensual atuendo de Jennifer. Ella sonrió y siguió adelante. De pronto, un grupo la paró. Jennifer miró a su líder. Era Olly.

- Bonito atuendo -le dijo Olly de forma burlesca- Sabes para qué sirve ¿verdad?
- No me interesa -le dijo Jenny intentando no darle lo que buscaba
- Te lo digo de todas maneras -Olly se empezó a reír- Es un buen atuendo para seducir a nuestros secuestradores. Puede que mientras estés acostándote con ellos, los demás podamos huir de este sitio - Vete un poquito a la mierda -le dijo Jenny mientras intentaba apartar a Olly
- Ya estoy en ella -le respondió- ¿No ves que estoy contigo?
- ¡Cállate ya! -le gritó Jenny entrecortadamente- Si sigues así me vas a hartar. No sé por qué me hablas. Te dejé claro que no quiero tener nada que ver contigo
- Yo tampoco quiero tener nada que ver con una put... -no pudo terminar la palabra pues Jenny, temblando de la furia, le dió un puñetazo en la mandíbula. Esto noqueó a Olly e hizo que cayera al suelo.
- Para mí no existes -le dijo Jenny mientras le miraba- ¿No lo recuerdas?
- ¿Por qué? -le preguntó Olly mientras estaba tirada en el suelo escupiendo sangre
- ¡Porque te pareces a ella! -le dijo Jenny con asco
- ¡No insultes a nuestra madre! -gritó Olly fuera de sus casillas. Ya hasta se le había olvidado que no debía hablar de su parentesco con Jenny
- Yo hago lo mismo que haces tú con mí padre -Jenny puso énfasis en la palabra mí

Todo el mundo que estaba en ese momento en el comedor se habían quedado callados. Todo el mundo oyó la conversación. Estaban muy sorprendidos. No podían creer que Olly fuera hermana de Jenny. El parecido era evidente por su`puesto. Sobre todo en esos ojos de color marrón chocolate pero siempre habían creído que eran primas y lejanas. Nunca podrían imaginar que eran hermanas y mellizas además. Aunque la verdad era evidente, todos creían que era una simple mentira. Aquello era imposible. ¿Cómo podía ser Olly, la más pija, hermana de Jenny?. Eran, por decirlo así, antónimas. No podía ser. La calma se recuperó tiempo después. Olly se fue con sus amigas a limpiarse la boca, o eso suponía Jenny. Ella fue hacia sus amigas. Todas la miraron de forma rara. Jenny se sentó junto a ellas y empezó a hablar.

- Chicas os voy a contar toda la historia -ellas asintieron- Bien. Empezemos. Cuando Olly y yo teníamos dos años nuestros padres se divorciaron. Mi madre le puso los cuernos a mi padre con su mejor amigo. Jugaba a dos bandas. Le interesaba solo el dinero de ambos. Al final mi padre lo descubrió y le pidió el divorcio. Cuando lo hizo, mi madre nos cogió a mí y a Olly y se marchó. Mi padre la denunció y el juez declaró que una de las niñas se quedara con el padre. O sea que yo tuve que irme con él. Yo quiero mucho a mi padre y por eso odio a mi madre. También os voy a contar el motivo por el que entré al internado. Sabéis que yo quiero mucho a mi padre, pero a vecesd lo trato mal. Supongo que por eso me trajeron aquí.
- ¿Podemos hablar? -le dijo una voz muy conocida desde su espalda. Jenny se dio la vuelta. Era un chico de dieciocho años. Era moreno. Sus ojos eran de color marrón. Llevaba una barba de varios días. Era alto, delgado y guapo. Además estaba fibrado. También era su novio.
- Claro Aitor -le contestó ella

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