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Enlazamé

lunes, 26 de julio de 2010

Collegio D'Amore. Capítulo 2





Amanecer



Blad se despertó abriendo los ojos lentamente. Notó que era temprano, pues no había mucha luz en el exterior. Estaba amaneciendo. Se dió cuenta de que había dormido con Olly. También se dió cuenta de que ambos estaban abrazados. Blad apartó delicadamente a Olly mientras sonreía. Se levantó bostezando pero no sin antes besar la frente de su mejor amiga. La miró cuando estubo totalmente incorporado. Blad pensó que Olly estaba muy guapa y sexi. Siguió mientras se acercó a ella. Le acarició la mejilla. Se dió la vuelta para irse cuando se dió cuenta de que había una foto destrozada en el suelo. Blad cogió algunos trozos. No se distinguía nada, exapto en uno. Mostraba unos ojos. Unos ojos color marrón chocolate. Tenían la misma forma que los de Olly, pero Blad estaba seguro de que esa no era la mirada de Olly. La mirada de Olly era dulce. Sin embargo esa mirada reflejaba seguridad y sensualidad. Blad dejó los trozos en su sitio y fue hasta la puerta de la habitación.

- Blad -susurró Olly

Blad se dió la vuelta. Creía que Olly se había despertado. La miró. Sin embargo Olly seguía dormida y ahora estaba abrazada a la almohada. Blad sonrió. Parecía que había estado soñando con él. El sueño parecía bueno pues la cara de Olly reflejaba felicidad. Blad estaba muy feliz. Se volvió hacia la puerta y la abrió lentamente. Traspasó el umbral de la habitación y cerró la puerta cuidadosamente. Miró el pasillo. El suelo era de madera y las paredes estaban pintadas de color marrón chocolate. Todos los pasillos del internado eran iguales. Empezó a caminar por los pasillos. Mientras lo hacía pensaba. Pensaba en Olly. Ambos se conocían desde que eran muy pequeños, pues sus padres y la madre de Olly hacían negocios regularmente. Olly era la mejor amiga de Blad desde que ambos tenían memoria. Blad también estaba enamorado de ella en secreto desde los catorce años pero nunca se lo había dicho. Temía perder su amistad con ella. No la quería perder. Mientras pensaba llegó hasta la puerta de su habitación. La puerta era de madera de roble (como todas las del internado). Abrió la puerta cuidadosamente, pues supuso que sus compañeros aún dormían. No se equivocó. Su habitación era como la de Olly, exepto por un detalle. Las paredes eran de color azul y no tenían alfombra. Blad fue hasta su mesita de noche y cogió unos calcetines y unos boxers Calvin Klein de color negro. Después se acercó al armario y cogió unos pantalones vaqueros, un polo azul y una toalla. Cuando lo tuvo todo caminó por los pasillos hasta llegar al baño de los chicos. Abrió la puerta. No había nadie. Las paredes del baño eran de color celeste y el suelo era de madera (como el de todo el internado). A la derecha de la habitación estaban los urinarios y a la izquierda los lavabos. El centro de la habitación la ocupaban las duchas. Había unas veinte duchas allí. Al fondo de la habitación habían unos bancos. Blad se desnudó y dejó la ropa allí. Después se metió en uno de los cubículos. Cuando terminó de ducharse se secó el cuerpo con la toalla. Se vistió y cogió la ropa sucia para llevarla a la lavandería. Abrió la puerta del baño y cuando fue a salir se chocó con alguien. El otro chico cayó al suelo y a Blad se le cayó la ropa.

- Perd... -comenzó a decir Blad hasta que se dió cuenta quien era el chico con el que había chocado. Era Aitor. Su mayor enemigo del internado
- Podría decir algo como "Lo siento" o "Perdón" ¿sabes? -dijo Aitor bordemente mientras se levantaba- Pensaba que tú como jefe de "los pijos" eras más educado
- Nada es lo que parecer -dijo Blad fríamente
- ¿Me dejas pasar? -le dijo Aitor arqueando las cejas
- Si por mí fuera no -dijo Blad sonriendo- Es verdad que depende de mí. Pues no te dejo pasar.
- ¿En serio? -dijo Aitor mientras le miraba sonriendo
- Sí
- Si tú lo dices... -dijo Aitor mientras tiraba a Blad al suelo- Gracias
- Cabrón
- Ahorate tus putos insultos -le dijo mientras cerraba la puerta
- Será gilipollas -dijo Blad mientras se levantaba y cogía la ropa sucia del suelo- ¿Quién se habrá creído?

Blad siguió refunfuñando mientras caminaba por los pasillos hasta llegar a la lavandería. Entró en elpequeño cuarto e intentó serenarse. Al final lo consiguió. La lavandería era un pequeño cuarto en el que había dos lavadoras y una secadora. Una lavadora era para la ropa blanca y otra para la ropa de color. Blad metió la ropa en la lavadora de ropa de color y después se fue. Cuando estuviera llena alguien tendría que programar la lavadora. Llevaban varios años haciendolo y nunca fue un problema. Blad miró su reloj Rolex. Era un reloj de lujo. Estaba hecho de acero y de oro blanco. Miró la hora. Eran las ocho. Tenía algo de hambre así que se encaminó hacia el comedor. Ya había algo de movimiento en el internado. La gente iba de un lado a otro. Algunos iban hacia el comedor. Blad los imitó. Cuando llegó se dió cuenta que las cinco mesas largas que lo formaban estaban vacías. Fue hacia la puerta que comunicaba la cocina con el comedor. La cocina estaba llena de aparatos de cocina de última generación. Algunos ya estaban preparando el desayuno para las cuarenta personas. Blad les dijo que él serviría las mesas. Los cocineros asintieron y le fueron pasando bandejas llenas de tostadas y vasos llenos de café, té y chocolate. Blad se puso manos a la obra y empezó a llevar platos al gran comedor. Mientras llevaba las cosas se dió cuenta de que cada vez había más gente en el comedor. Blad iba de un lado para el otro sirviendo a sus compañeros. Tiempo después, Jenny le dijo a Blad que se sentara que acababan de terminar. Blad salió al comedor y buscó a Olly. La encontró junto a sus amigas. Blad le sonrió y se sentó al lado de sus amigos. Cuando acababa de sentarse, los cocineros salieron de la cocina con Jenny a la cabeza.

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