Portada

Enlazamé

viernes, 23 de julio de 2010

Collegio D'Amore. Capítulo 1



Capítulo 1


El primer día



Olly estaba sentada en el alféizar de la ventana de su habitación. Miraba a los terrenos del internado. De su prisión. Desde que les habían encerrado allí (hacía unas ocho horas) no había entrado nadie a los terrenos. En ese momento, unos coches de color negro rodeaban el internado. De ellos no paraban de salir hombres vestidos de negro. Sin embargo no entraban a los terrenos. Olly suspiró. Se dio la vuelta y miró su habitación. Tenía las paredes pintadas de color rosa y una alfombra rosa cubría el suelo de su habitación. En la habitación había siete camas. Todas iguales. Todas tenían una colcha de color azul con el escudo del internado (todas las del internado WhiteSoul eran iguales). Junto a todas había mesitas de noche de madera de sauce con dos cajones cada una. A la izquierda estaba la ventana y junto a ella un gran armario. A la derecha de la habitación había un escritorio con un ordenador portátil. A su lado había un tocador. Encima del escritorio había un tablón de fotos. En la mayoría de las fotos salía con sus amigas. Se acercó a mirarlas. En una de ella salía junto a su madre. La cogió. Miró la foto. Olly era morena. Tenía los ojos de color marrón chocolate. Sus facciones eran delicadas como las de una rosa. Sus ojos eran grandes, sus labios carnosos y su nariz recta. Era alta, delgada y tenía unas buenas piernas. Su madre, llamada Melanie, era rubia y tenía los ojos de color azul celeste, De un tono tan intenso como el de los zafiros. Sus facciones eran como las de su hija. Aunque era un poco más baja que Olly, pero igual de guapa. En la foto aparecían abrazadas. Una lágrima cayó por la mejilla de Olly recordando el día en el que se la hicieron. Ese día, Olly y Melanie habían ido al cumpleaños de una de las amigas de ésta última en su yate privado. La fiesta se hacia en New York. Cuando estaban a punto de llegar, se les acabó el combustible y el capitán del yate atracó en el puerto de una pequeña ciudad estadounidense. Mientras el capitán y sus ayudantes llenaban el tanque de combustible, ambas dieron una vuelta por el pueblo. Mientras caminaban encontraron un pequeño fotomatón y se hicieron la foto..

En ese momento llamaron a la puerta. Olly se secó las lágrimas rápidamente con la palma de su mano derecha. Después guardó la foto en la mesita de noche y fue hacia la puerta. Abrió la puerta. En el umbral había un chico de dieciocho años. Era rubio y tenía los ojos de color azul. Sus ojos no eran tan oscuros como los de Melanie. Tenía los ojos algo grandes y su nariz era recta. Era alto, delgado y estaba algo musculado. Ese día llevaba una camiseta azul (con el escudo de el internado) y encima de ella una chaqueta y unos vaqueros Éste sonrió al ver a Olly.

- Blad ¿qué haces aquí? -preguntó Olly algo sorprendida
- En la cocina estaban repartiendo la cena -mientras decía esto entró a la habitación- Además desde lo del autobús se te veía algo triste
- No estoy triste -dijo ella
- A mí no me puedes engañar
- Anda sientate -le dijo ella mientras se sentaba también en la cama
- Te traje algo -dijo Blad mientras buscaba en el bolsillo de la chaqueta. Sacó un pequeño paquete envuelto en papel de regalo negro con los bordes dorados- Ábrelo

Olly cogió el pequeño paquete algo extrañada. Delicadamente quitó el papel de regalo para no romperlo. Dejó el papel de regalo sobre la cama. Cogió la caja negra que acababa de desenvolver y la abrió. Dentro había un anillo de oro con un pequeño zafiro incrustado. Olly también se dio cuenta de que por dentro del anillo había una inscripción. La leyó. La inscripción decía: "Together forever". Olly cogió el anillo y se lo puso en el dedo corazón de su mano izquierda.

- ¿Te gusta? -le preguntó Blad algo preocupado
- Mucho -le contestó Olly sonriendole. Clavó sus ojos marrones en los azules de Blad- Bueno en realidad me encanta
- ¿En serio? -preguntó Blad sorprendido
- Sí -dijo ella acercandose a él- ¿Dónde lo conseguiste?
- Solamente le tuve que grabar las palabras. Me lo trajeron hace meses y te lo quería dar el día de nuestra despedida.
- Este anillo me suena mucho -dijo Olly pensando- pero no sé de que
- Es igual a este -Blad levantó su mano izquierda. En su dedo corazón había un anillo exactamente igual al que llevaba Olly- Este es una joya familiar. Le dije a un joyero de confianza que me hiciera el favor de hacer una copia
- Gracias -le dijo Olly de nuevo- Nunca podré agradecertelo
- Aceptando el regalo es suficiente
- Gracias -Blad rió- No te rias de mí
- No hace falta que me las des Olly -dijo Blad mirandola- Por cierto tengo otro regalo
- ¿Cuál?
- Mira -dijo él sacando una tableta de chocolate del bolsillo de la chaqueta- Es nuestra cena
- ¿En serio? -Olly cogió la tableta y le quitó el envoltorio- Nestle no está mal
- Dame un poco anda -ambos rieron y empezaron a comerse el chocolate

Poco a poco acabaron con la tableta de chocolate. También poco a poco oscureció y el día dió paso a la noche. Blad no paraba de bostezar y casi sin darse cuenta se estiró sobre la cama de Olly. Minutos después dormía plácidamente. Olly algo aburrida se puso junto a Blad. Mientras acariciaba el fino y sedoso cabello rubio del joven, Olly miraba las fotos del tablón de fotos. Miró el hueco que había dejado la foto de ella y de su madre. Se levantó, no sin antes besar los cabellos de Blad, y sacó la foto del cajón de su mesita de noche. Puso la foto en su sitio. Después miró la hora. Eran las doce. Seguramente sus amigas estaban durmiendo con sus novios. Suspiró y vio que había una foto tirada en el suelo. La cogió. En la foto salía una chica rubia. Tenías los ojos de color marrón chocolate. Era alta, guapa y delgada. Tenía unas piernas esbeltas exactamente iguales a las de Olly. Salía abrazada a un hombre. El hombre era moreno. Tenía los ojos de color marrón chocolate, exactamente iguales a los de la chica. Era alto y delgado. Ambos parecían felices. Olly miró la foto con rabia. Segundos después la estaba rompiendo en mil pedazos. Las lágrimas caían sobre sus mejillas. Dejó los pedazos de la foto al pie de la cama. Se acostó, no sin antes secarse las lágrimas, en la cama junto a Blad y se dejó caer en los brazos de Morfeo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario