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Enlazamé

viernes, 26 de febrero de 2010

THe lion and the lamb. Capitulo 2

Edward abrió los ojos. Ya era por la mañana. No recordaba nada de lo que había pasado. Miró a su alrededor. El castillo de sus padres estaba en ruinas. Se podría caer en cualquier momento. Se incorporó y vió los cuerpos de sus padres, de su hermana y de sus criados. Carlisle y Esme estaban en el sitio exacto donde estaban la noche anterior, sin embargo eso no pasaba ni con Emmett, ni con Rose, ni con Alice, ni con Jasper. Parecía como si Emmett y Jasper se hubieran tirado para proteger a Rose y a Alice de los estallidos. Emmett tenía varios cortes en la mejilla y Jasper tenía una herida en la pierna. En el punto exacto donde había estado la bruja había un espejo de gran tamaño. Tenía una incripción en los margenes. Edward se acercó para verla mejor. Ponía: "La verdadera belleza se encuentra en el corazón. Aprendelo. El espejo mostrara tu verdadera belleza". Riéndose Edward miró al espejo. Al principio su reflejo mostraba su belleza física, pero al cabo de unos segundos apareció tras él la princesa india. Edward asustado se dió la vuelta. No había nadie. Miró al espejo de nuevo. La princesa le estaba soplando a su reflejo en la oreja. En ese instante su reflejo se transformó en un león. Tras eso la bruja sopló a su familia y a sus criados. Cada uno se convirtió en un animal. Su padre en un oso panda, su madre en una tigresa, su hermana en un pavo real, Emmett en un oso pardo, Alice en un gato y Jasper en un puma. Edward rió de nuevo, pero... no sonó como una risa sino como un rugido. Los demás despertaron por el rugido. Vieron a un león y comenzaron a gritar, pero no sonaban como gritos... Se miraron unos a otros. Parecían que se habían reconocido. Una risa les transportó a la realidad. Dentro del espejo se encontraba a bruja.

- Edward ¿dónde tienes ahora la belleza? -rio de nuevo- La única forma de que volvais a ser humanos es el motivo por el que mandaste a buscar a las princesas Carlisle -el oso panda se removió inquieto-. No soy tan cruel como vuestro querido Edward así que... -la bruja sacó una varita mágica del bolsillo y la agitó apuntando desde el espejo a los animales-. De día sereis humanos, pero de noche seréis bestias. No pongo tiempo al amor pues es algo impredecible. No rompáis el espejo pues os puede servir. Os visitaré regularmente en mi forma humana, si queréis claro y os recomiendo salir de aquí de inmediato pues la noticia recorrió ya todo el pueblo gracias a los criados que escaparon. Os recomiendo cambiar de país. No vayáis a casa de ningún conocido, puede llevarse una sorpresa a la hora de la cena. Yo misma puedo trasportar a vuestras pertenencias y a vosotros conmigo a un nuevo país...

- Aceptamos princesa -la bruja rió- ¿Cómo la podemos llamar?
- Carlisle me podeis llamar Irina. Os doy diez minutos.

Dicho esto Irina agitó la varita y se desvaneció del espejo. Después todos corrieron a recoger sus pertenencias y las pusieron en unos sacos que encontraron en la cocina. A los diez minutos llamaron a la puerta de la sala. Emmett abrió y apareció Irina con su verdadero aspecto. Era guapa. Tenía los ojos de color marrón al igual que su pelo. Si Edward no supiera que era la bruja que les había transformado hubiera intentado ligar con ella. Irina rió. Parecía que también sabía leer los pensamientos. Edward frunció el ceño.

- ¿Os llevaréis el espejo? -Carlisle asintió- ¿Adónde os llevo?
- A Italia. Allí tenemos una residencia que nunca usamos. Diremos que nos la vendieron los reyes de Forks.
- Bien cogeos las manos y haced un círculo. No os olvideis de cerrar los ojos

Se cogieron las manos e hicieron un círculo. Irina agitó la varita y dijo algo que nadie escuchó. En ese momento cerraron los ojos. Cuando los abrieron estaban en su residencia italiana. Se soltaron las manos y Edward suspiró. Cayó una carta desde el techo. Era de Irina.

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